La Grieta en el Muro Fronterizo
El auge del nearshoring en México generó un crecimiento sin precedentes en la franja norte del país. Sin embargo, tras una década de expansión, los polos industriales tradicionales como Tijuana, Juárez y Monterrey muestran señales de desaceleración. La renta de naves industriales ha caído hasta un 30% en algunas zonas, evidenciando una fatiga estructural en el modelo fronterizo.
Los altos costos energéticos, la saturación aduanera y la incertidumbre comercial con Estados Unidos han cambiado el eje de decisión de las empresas: ya no basta con estar cerca, ahora se busca eficiencia total en la cadena de suministro.
En este contexto, Mazatlán Logistics Center (MLC) se posiciona como la piedra angular de una nueva generación del nearshoring en el Pacífico, redefiniendo el concepto de localización estratégica.
La Transición del Norte al Pacífico
En los estados del norte, la escasez de suministro eléctrico y los elevados costos energéticos se han convertido en una barrera de crecimiento.
En contraste, el MLC en Mazatlán ofrece una red subterránea de gas natural —única en el noroeste— que reduce hasta en 40% el gasto operativo de industrias de alto consumo.
Esta infraestructura convierte a Mazatlán en una alternativa real para empresas que priorizan la eficiencia energética.
Los cruces fronterizos saturados implican demoras logísticas y altos costos de inventario.
El Recinto Fiscalizado Estratégico (RFE) del MLC elimina esta dependencia al permitir operaciones aduanales —ensamblaje, etiquetado o inspección— dentro del parque industrial, con suspensión temporal de impuestos.
Esto proporciona agilidad y control operativo, una ventaja que redefine el flujo del comercio exterior mexicano.
El Puerto de Mazatlán se integra al Corredor Logístico T-MEC, conectando el Pacífico con el Golfo a través de la Supercarretera Mazatlán–Durango.
Esta infraestructura ofrece una ruta multimodal directa al Atlántico (Altamira y Tampico), reduciendo la dependencia del norte y fortaleciendo la logística en Mazatlán como un eje del comercio interoceánico.
La Era de la Eficiencia Está en el Pacífico
La caída industrial del norte no representa una crisis, sino una redistribución estratégica del capital logístico.
El Mazatlán Logistics Center ofrece infraestructura de clase A, naves built-to-suit, gas natural, conectividad portuaria y un RFE activo; todos elementos que responden al nuevo paradigma: eficiencia, flexibilidad y resiliencia.
Para inversionistas, operadores y empresas globales, MLC no solo ofrece tierra, sino una estrategia integral de expansión industrial en Mazatlán.
El futuro del nearshoring mexicano ya no se mide en kilómetros de frontera, sino en eficiencia energética, agilidad aduanal y rutas de exportación diversificadas.
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