La agricultura protegida se está perfilando con fuerza como una de las protagonistas del panorama agrícola mexicano en el futuro próximo, posicionando al país como un productor líder en el escenario mundial de frutas y hortalizas.
El estado de Sinaloa lidera esta tendencia y ello está teniendo efectos muy importantes en la industria de producción alimentaria de todo el estado, especialmente en la ciudad de Mazatlán, que además de gozar de una elevada disponibilidad de recursos agrícolas de alta calidad, es un punto neurálgico de procesamiento y exportación de alimentos a todo el Corredor Económico del Norte y el resto del mundo.
México se encuentra entre los primeros productores de frutas y hortalizas a nivel mundial,
con una producción anual de 39 millones de toneladas y un volumen de exportación de aproximadamente seis millones de toneladas, mismo que representa un valor estimado de más de siete mil millones de dólares.
Sin embargo, pese a la riqueza y abundancia de nuestra tierra, existen muchos factores que pueden afectar la producción, la sostenibilidad y la seguridad alimentaria, como la escasez de agua, los eventos meteorológicos extremos o las plagas, por mencionar solo algunos.
La agricultura protegida es una estrategia muy eficiente para mitigar estos riesgos y disparar la producción mediante prácticas que incluyen cultivos bajo cubierta con diversas tecnologías como malla sombra, invernaderos y macro túneles. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Horticultura Protegida (AMHPAC), en 2021 México registró 47,795 hectáreas en esta modalidad, mismas que representan un 0.3% de toda la superficie de cultivo a nivel nacional. Aunque este porcentaje todavía no parece demasiado significativo, es evidente que se trata de una tendencia en aumento y además está recibiendo un gran impulso por parte del gobierno y la inversión privada (Revista Espejo).
Las hortalizas son los cultivos más frecuentes en el contexto de la agricultura protegida, seguidas de los frutales. Destacan el tomate, la manzana, el chile verde, las fresas y las frambuesas como cultivos principales, mismos que pueden consumirse frescos o utilizarse para preparar salsas, mermeladas, conservas y otros productos de la industria alimentaria.
Además de mitigar riesgos climáticos y naturales, la agricultura protegida, al controlar el ambiente de crecimiento, permite obtener productos de mejor calidad y más apegados a las normas y certificaciones del mercado de exportación; disminuir la necesidad de pesticidas, hacer un uso más racional del agua, obtener cultivos fuera de temporada, crear mejores fuentes de empleo, atraer inversiones en el sector de alimentos e incluso reducir la huella de carbono al minimizar la necesidad de transporte mediante la producción local en climas áridos.
Sinaloa representa tan solo el 3% del territorio nacional, pero produce el 30% de la producción alimentaria (CIT), con una superficie de aproximadamente 1,000,000 de hectáreas en diversos cultivos, de las cuales actualmente casi el 10% están en la modalidad de agricultura protegida; es decir, 200% más que en el resto de la república. Tan solo en el último año, se sembraron 27,997 nuevas hectáreas de hortalizas en el estado, y un tercio de ellas fue bajo un sistema de agricultura protegida sostenible. En otras palabras: Sinaloa lidera con mucha fuerza esta tendencia.
El financiamiento ha sido un componente crucial para materializar esta realidad; durante 2021, los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA) en Sinaloa canalizaron 531 millones de pesos para infraestructura y capital de trabajo en agricultura protegida a través de 16 intermediarios financieros. En 2022 la cifra fue aproximadamente del doble. Este crecimiento acelerado demuestra la viabilidad de la agricultura protegida, pero además identifica a Sinaloa como un punto de alto interés para todas las empresas e inversionistas en el sector de alimentos.
Mazatlán es un punto clave de conexión entre la producción agrícola mexicana y el resto del planeta, y un centro de operaciones ideal para las empresas de procesamiento de alimentos que buscan aprovechar las excelentes oportunidades comerciales en Corredor Económico del Norte y el resto del mundo; es decir, exportar productos de alta calidad a Estados Unidos, Canadá, Europa e incluso Asia.
Con una ubicación estratégica a 25 minutos del puerto y 12 minutos de la ciudad, infraestructura de alto nivel y más de 80 hectáreas de lotes industriales urbanizados, el Mazatlán Logistics Center (MLC) ofrece la plataforma más robusta y competitiva para los inversionistas en este sector, con un hub logístico que satisface las necesidades de las empresas de procesamiento de alimentos agrícolas, facilitando un acceso sin precedentes a mercados nacionales e internacionales.
Llámanos y descubre cómo puedes adquirir uno de los últimos lotes disponibles.